lunes, 26 de noviembre de 2018

Tratado sobre la oración (1492)



Extractos de la obra: Fray Gerónimo Savonarola, O. P.; Tratado en defensa y recomendación de la oración mental y otros escritos espirituales, Librería Lectio, Athanasius Editor, Córdoba, 2018, pág. 79-81. 82. 87-88. 95-96. 111-112.
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Oportet semper orare (Lc. 18, 1)

“Es necesario orar siempre”



Si bien la Providencia de Dios, oh Señora amadísima en Cristo, sea infalible y certera, y aún siendo inmutable su voluntad, sin embargo conjeturar y programar el futuro, rogando a Dios que disponga las cosas de manera buena y que y así las guíe a su fin, no es una acción vana: porque el omnipotente e inmutable Dios nuestro creador ha ordenado con su sabiduría infinita no solamente cuál fin deba tener cada creatura, sino que ha dispuesto también los medios con los cuales debe alcanzarlo. Por eso, habiendo Dios ordenado hacia un fin altísimo a la criatura racional, que es la visión y el gozar de su esencia divina, también ha ordenado el medio para alcanzar tal felicidad, medio que es el buen obrar. Y puesto que el buen obrar de manera meritoria es superior a la capacidad de la criatura, no siendo factible sin la caridad y la gracia, cada hombre debe humillarse mucho ante la majestad de Dios y, postrado humildemente en tierra, debe pedir no sólo tal inefable bienaventuranza preparada para quien ama a Dios con todo el corazón, sino que además también debe rogarle que se digne de darle la gracia mediante la cual pueda alcanzarla.

Tanto más debe uno ser insistente en golpear a la puerta de su misericordia, cuanto más se ve en mayor peligro de perderla. Sobre todo cuando ve que los tiempos son peligrosos y que los hombres perversos se multiplican sobre la tierra, como manifiestamente sucede en nuestros días. Días en los cuales los ojos castos de hombres y de mujeres que celan el honor de Dios (hablando con dolor) a menudo bañan el rostro con lágrimas amargas, viendo que todo [orden] está subvertido [sottosopra: lo que debiera estar abajo está arriba y lo que debiera estar arriba está abajo] estando apagada toda verdadera y viva luz de virtud, y no encontrando otra cosa en la Iglesia de Cristo sino iniquidades, o alguna santidad simulada.

Por este motivo, Señora queridísima en Cristo, madre e hija mía, si bien hubo tiempos en que fue necesario orar de continuo e insistir en golpear con lágrimas y suspiros a la puerta del dulcísimo redentor Jesucristo por nuestra salvación y la de los otros, creo que sobre todo se necesita en esta época nuestra tan ciega, mísera, adúltera, cruel e insoportable, estando apagada y totalmente muerta la fe, a la vez que sobre la tierra se propaga toda impiedad. ¡Oh miserable y lacrimoso, deplorable estado de la esposa de Cristo y madre nuestra, la cual no se acuerda ya de la sangre de su dulce esposo; y como insensata, ya no valora tan gran precio. Pobre de mí, ¿por qué hemos nacido en estos tiempos pésimos y peligrosos, en los cuales estamos tan inciertos de nuestra salvación al punto que el buen obrar es considerado pecado, y el pecado es considerado una buena obra?

Por lo tanto considera cuán necesario sea para nosotros estar siempre en oración. A la oración nos exhortan sobre todo las palabras de nuestro amorosísimo salvador Jesucristo, el cual no sólo en vista de nuestros días peligrosos, sino también en vista de los que habrán de venir, no sin razón nos ha exhortado al decir: “Es necesario orar siempre”. Por eso alabo mucho tu deseo respecto a la oración, queriendo aplicarte a ella con fervor y perseverancia. Por lo tanto, si bien tu director en esto sea el Espíritu Santo, sin embargo has sido humillada a pedir a mi pobreza una exhortación que incite a la oración.

[…]

No pudiendo excusarme de ningún modo, comenzaré este tratado fundándolo sobre una sólida piedra, es decir sobre la afirmación de nuestro Salvador: “Oportet semper orare”. Y porque esta está formada de tres palabras, haremos tres partes en honor a la Santísima Trinidad:

Primera, necesidad de la oración (oportet);

Segunda, perseverancia o cotidianidad (semper);

Tercera, cualidad y naturaleza intrínseca de la oración (orare).

[…]

La tercera razón que demuestra la utilidad y la necesidad de la oración es la miseria de nuestro prójimo. Ante todo su miseria espiritual; porque viendo nosotros correr tantas almas por el camino del pecado hacia la condenación eterna, debemos movernos a compasión, sabiendo bien que por ellas ha sido derramada la preciosa sangre del cordero inmaculado Jesucristo. Y esto especialmente en cuanto a nuestro tiempo, en el cual vemos a la Iglesia quasi destruida en sus fundamentos, arruinada y fuertemente destrozada por la tempestad en el mar de este mundo maligno y perverso, del cual podemos repetir con David: “Todos los hombres están desviados y corrompidos; no hay quien haga el bien, ni siquiera hay uno” (Sal. 13, 3). Oh Jesús, ayúdanos, porque todo el mundo ha abandonado el camino de tus mandamientos, y todos los hombres son incapaces de realizar el bien; ya no hay ninguno que lo haga.

Y tanto se debe clamar al cielo y con tanto mayor afecto, cuanto más se multiplican los hombres malvados, especialmente tratándose de aquellos que deberían ser espejos de vid santa para los otros, y en cambio están en mayor peligro de perder la visión de nuestro dulce esposo y salvador Jesús. De aquí las palabras del Profeta: “Sálvame, oh Señor, porque ha desaparecido el hombre piadoso, porque la sinceridad ha disminuido entre los hijos de los hombres” (Sal. 11, 2). Oh Señor mío, considera en qué peligro estoy, porque se han multiplicado los malvados. Sálvame, Señor, porque hoy faltan los hombres santos y se han menoscabado las verdades entre los hijos de los hombres.

Por eso es necesario rogar siempre por ellos, para que Dios los conduzca a penitencia; y también porque nosotros estamos en tanto peligro viviendo en medio de los perversos; sobre todo es necesario rogar por la santa madre Iglesia de cuya salvación depende todo nuestro bien espiritual y de cuya destrucción depende toda nuestra ruina.

[…]

He aquí por qué te exhorto mucho a la oración y a la contemplación, en las cuales encontrarás la espada contra el enemigo y el escudo contra todas las tentaciones. Ella te hará dulce de corazón, ferviente y celante, llena de piedad y de mansedumbre con toda caridad, mediante la cual despreciarás todas las cosas terrenales y desearás las eternas, volviéndote amiga y familiar de tu dulce esposo Jesucristo. De Él aprenderás todo lo necesario y útil para tu salvación, y también para la de los otros, si no hay mala disposición en ellos. Por lo tanto te ruego, por las entrañas de piedad de nuestro amoroso salvador Jesús, que según la promesa que me has hecho no te olvides de mí, pecador; para que ayudándonos el uno al otro podamos reencontrarnos juntos en aquella eterna bienaventuranza, en la cual Jesús nos aguarda deseoso. Amén.

[…]

REGLA PARA BIEN VIVIR

Por sobre todas las cosas ama a Dios con todo el corazón. Busca su honor más que la salvación de tu propia alma. Procura con diligencia purificar tu mente con frecuentes confesiones. Desapega el afecto de las cosas terrenales. Comulga a menudo devotamente.

No te consideres mejor que ninguna persona por más pecadora que sea, sino más bien peor que ella. No pienses mal de nadie, sino siempre bien. Permanece mucho en silencio.

No debes entretenerte y alegrarte ni en reuniones ni en fiestas. Permanece solitaria en cuanto es posible a tu estado. Que sean lejanas a tus oídos palabras de murmuraciones, de calumnia, de insinuaciones, de fastidio, y palabras ociosas, y mucho más que están ellas lejos de tu lengua.

Reza a menudo. Contempla en todo momento. Esfuérzate por unir a la familia en una paz verdadera. No muestres nada de soberbia en tus palabras y en tus actos. No debes ser demasiado familiar con aquellos que te están subordinados, pero con ellos debes usar una mansa seriedad.

Da a todos buen ejemplo de vida santa. Reprende con caridad a los insolentes. Alienta a todos al bien.

Ama el pudor en casa, sobre todo en las jovencitas. Muéstrate muy enemiga de la impudicia, reprendiendo ásperamente toda palabra, acto o vestimenta fuera de lo pudoroso.

No seas parcial, sino distribuye todo según la cualidad y el mérito de cada uno.

Sé piadosa con las personas pobres: ayúdalas en cuanto es posible, porque esto complace mucho a Dios. Muéstrate afable con todos, pero especialmente con las personas más míseras. Haz muchas limosnas.

En los sucesos prósperos humíllate de corazón, y se paciente en las adversidades. Ruega continuamente a Dios que te enseñe a hacer lo que le agrada y que te de fuerza, y que te conceda realizar toda inspiración suya, ya que la unción del Espíritu Santo te enseñará todo. Y ruega siempre por la perseverancia, conservando el temor y teniendo siempre a Dios ante los ojos.

Renueva cada día el buen propósito, y confírmalo al hacer el bien. Jamás debes desesperarte por ningún pecado.

Ruega a Dios por mí, para que siempre me haga cumplir lo que enseño.

Creo que esta pequeña regla, unida a lo que he dicho en el tratado, sea suficiente para regular tu vida; porque si la cumples, será el Espíritu Santo quien te enseñe en particular las otras cosas. Por lo tanto, léela cada día, con el firme propósito de observar todos estos mandamientos, que te envía con caridad tu padre e hijo espiritual en Jesucristo, el cual es bendito por los siglos de los siglos. Amén.



Fray Gerónimo Savonarola, O. P

jueves, 8 de noviembre de 2018

Fiesta de Cristo Rey del Universo






Damos difusión ahora a las preces que se proponen para usar para el día de Cristo Rey, el domingo 25 de noviembre, en nuestra Patria, para reparar por todos los ultrajes que se cometen contra su Santísimo Nombre y todas las violaciones contra el orden natural y sobrenatural.




ESTRUCTURA GENERAL

A) Procesión:

1° parte: Reconocer la Realeza de Cristo

2° parte: Actos de reparación al Sagrado Corazón de Jesús e Inmaculado Corazón de María

3° parte: Renuncia al demonio, sus obras y seducciones

4° parte: Profesión de nuestra Fe

B) Santa Misa y oración de Consagración







A) Procesión:
Primera parte: Reconocer la Realeza de Cristo 



Hoy, 25 de Noviembre, queremos salir a proclamar a Cristo como Rey de nuestras vidas y de nuestra sociedad. Frente a las numerosas negaciones e intentos de hacer desaparecer la Fe en Jesucristo, salimos hoy a las calles para cantar la Gloria de Nuestro Señor, para reconocerlo frente al mundo: Él es nuestro Salvador, Él es nuestro Señor, Él es nuestro Rey.

En este día, hemos querido rendirte honor Oh Señor Jesucristo Rey de reyes y Señor de los señores. Porque no hay otro Rey sino sólo Tu, no hay quién tenga el Dominio Absoluto de todas las cosas y de la creación, sino sólo Tu, porque Tu eres Rey por la Divinidad, Dios Bendito; Eres Rey por la Encarnación, haciéndote hombre en el seno Inmaculado de la Santísima Virgen María tu Madre y nuestra Madre; eres Rey por Conquista: has padecido, has sido torturado, has sido flagelado, has sido coronado de espinas, Rey de Dolores, has cargado por mi, por nosotros, el suplicio de la Cruz, has sido crucificado, has estado en la agonía de la Cruz, has ofrecido todos estos sufrimientos por mi y por cada uno de nosotros ante el Eterno Padre, para reparar nuestras injusticias y pecados; allí estamos todos oh Señor ante ese espectáculo de tu muerte, ante el escándalo de la Cruz, ante todas las injurias lanzadas a tu majestad Divina y hoy volvemos a intensificar está tragedia en las innumerables maldades a Ti inferidas: el odio, el no querer reconocerte, el no querer servirte, el volver a crucificarte… ¿O no lo es el rechazo de tus mandamientos el venir por la muerte de los inocente y una sed jadeante pidiendo el crimen? Así, siendo autores o cómplices de las muertes de los inocentes en el Vientre materno, en la búsqueda desesperada de la inocencia para entregar las almas en las manos del enemigo del género humano, pervirtiendo sus corazones y haciéndolos blanco de perdición: ¡no podemos hacernos cómplices del príncipe de las tinieblas, no podemos clavar tenazmente tus manos en la Cruz y arrojarte salivazos a tu rostro Santísimo, no podemos callar y ser cómplices con este mundo que ha decido dar fin a tu obra, ni pecar de omisión cómo si nada pasara! Más nosotros, como vasallos de tan Gran y Noble Señor, reconocemos y proclamamos tu reyecía alistándonos bajo tu bandera, dispuestos a reparar tanto nuestras propias ofensas como las inferidas por tus enemigos.



Así exclamamos todos tus hijos diciendo: “Te pedimos Señor, que Tú reines”

● Te pedimos Señor, que reines en nuestras inteligencias, rechazando toda ideología que contradiga tu doctrina: la ideología de género, las políticas del nuevo orden mundial y planes del FMI, IPPF...,y toda ideología perversa. Queremos que Reines en nuestros Corazones, no deseando ni queriendo el pecado en sus diversas formas de fornicación, adulterio, sodomía ...y cualquier tipo de perversión; sino que en nuestros corazones reinen los tesoros de tu Santísimo Corazón.

Rp Te pedimos Señor, que Tu Reines.

● Te rogamos Señor que reines en las familias. Hoy, tan atacadas y en crisis. El demonio intenta constantemente hacerlas desaparecer, destruir el amor de los esposos, o que no lleguen a casarse, intenta que no se traigan más hijos al mundo, a través de aborto, de una mentalidad antinatalista en la que muchos hijos se ven como una carga. Por eso te pedimos Oh Jesús, forma por tu gracia matrimonios santos, que se amen verdaderamente, que busquen traer hijos al mundo para enseñarles a amar a Dios y al prójimo. Que la Cruz sea el centro del hogar, y el Rosario el arma que cada día renueve la unión y las fuerzas. Que los padres amen a sus hijos y se preocupen por sus almas, que los hijos amen a sus padres y hermanos, creciendo en santidad y haciendo la Voluntad de Dios.

Rp Te pedimos Señor, que Tu Reines.

● Te pedimos Señor, que reines en cada etapa de la vida, especialmente en la niñez y juventud. Hoy que el mundo amenaza constantemente la pureza de los niños y jóvenes, que los medios de comunicación y la cultura los incitan al desenfreno sexual, a la pornografía, a renunciar al amor verdadero, te pedimos Oh Jesús que protejas sus almas, que los guíes por el camino de la Verdad y del Bien, que tu Santo Espíritu forme y transforme sus corazones para que sean mujeres y varones santos.

Rp Te pedimos Señor, que Tu Reines.

● Te pedimos Señor que reines en la Educación. En estos tiempos en que la Verdad y la Realidad ya no son consideradas, en que las ideologías minan las aulas, en que se quiere pervertir el alma y confundir a los estudiantes con mentiras, te pedimos para que la Verdad triunfe, para que en cada colegio, en cada universidad Tú seas el centro.

Rp Te pedimos Señor, que Tu Reines.

● Te rogamos Señor, que reines en la Política. Que los políticos y gobernantes se conviertan, que el Espíritu Santo transforme su corazón, que el Bien Común sea el fin de la política. Que las políticas de Estado respeten siempre a Dios y tengan como fin darle gloria y llevar a los hombres hacia Él.

Rp Te pedimos Señor, que Tu Reines.

● Te pedimos Señor que reines en la Economía. En este mundo ávido de poder y dinero, en el que cada día los hombres son más capaces de perder todo por el dinero, en el que lo material importa más que lo espiritual, en el que el bienestar de un país se mide por lo bien que está económicamente, te rogamos Cristo misericordia, impera sobre cada hombre y que seamos capaces de ver que de nada sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma. Todo lo que obtengamos y tengamos sea siempre para tu mayor gloria y servicio. Destierra de nuestras almas la avaricia y que Tú reines en nuestro corazón. Que el dinero no ocupe el lugar que solo a Ti te corresponde.

Rp Te pedimos Señor, que Tu Reines.

● Te rogamos Señor, que reines en la Cultura. Que la música, el baile, el arte, y toda creación humana, sean respetuosas de tus leyes, de tu amor, de Tú y de tu Iglesia. Que sean para darte gloria y para servir y perfeccionar al hombre.

Rp Te pedimos Señor, que Tu Reines.

● Te pedimos Señor que reines en el trabajo de cada hombre. Que ningún trabajo lo rebaje y lo lleve al pecado y a la muerte. Que todo labor sea digno, justo, honesto, buscando servirte y servir a los demás.

Rp Te pedimos Señor, que Tu Reines.

● Te pedimos Señor, que reines en las Leyes. En estos tiempos en que el aborto, la ideología de género, las perversiones, la mentira y el mal se quieren legalizar o ya se han legalizado, te rogamos Oh Rey Eterno que tengas misericordia, y que por Gracia tuya se deroguen todas las leyes contrarias a Tu Amor.

Que las leyes positivas sean reflejo de tu Ley Divina, que el Espíritu Santo convierta a los legisladores, y éstos busquen la Verdad, el Bien, la Justicia, para que a través de ellas se llegue más fácilmente al cumplimiento de tu Voluntad.

Rp Te pedimos Señor, que Tu Reines.

● Te pedimos Señor, reina en Tu Iglesia. Hoy despreciada por el mundo, debilitada por el pecado, por las divisiones, por la pérdida de la Fe. Ten misericordia Señor y purifica a tu Iglesia, que todos los católicos volvamos a vivir en Gracia de Dios, convierte a los pastores, a los fieles, a tu Iglesia para que verdaderamente seas Tu el Rey.

Rp Te pedimos Señor, que Tu Reines.

● Te rogamos Señor por nuestra Patria, tan amenazada por los intereses mundiales, tan destruida en su juventud, en sus tradiciones, en su Fe.

Salvanos Señor, reina en esta Patria argentina, te queremos a Ti como Rey y a María como Reina.

Rp Te pedimos Señor, que Tu Reines.

● Te pedimos Señor, que reines en el Mundo entero. Convierte los corazones, lleva a las naciones a tu Corazón Sagrado, lleva a todos los hombres a amarte, por medio de nuestra Madre.

Rp Te pedimos Señor, que Tu Reines.



Segunda parte: Reparar el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María



Actos de reparación

Queremos reparar todas las injurias contra tu Sagrado Corazón, contestando "te entregamos nuestro Amor"

En reparación por todos los sacrilegios hechos en nuestras Iglesias. Rp.

En reparación por todos los insultos a nuestra Madre María Santísima. Rp.

En reparación por todos los crucifijos ultrajados. Rp.

En reparación por todas las ofensas obscenas a la Virgen María. Rp.

En reparación por toda violencia hecha a las imágenes Sagradas. Rp.

En reparación por los sacrilegios a la Santísima Eucaristía. Rp.

En reparación por las burlas, persecución y ofensas hechas a tu Iglesia Santa, y a tus hijos que te defienden a Ti y a Tu Madre. Rp.

En reparación por los pecados de todos los que trabajan para el mal, esclavos del demonio. Rp.

En reparación por los pecados de todos nuestros familiares. Rp.

En reparación por los pecados de los religiosos y sacerdotes. Rp.

En reparación por los pecados de nuestros políticos y gobernantes. Rp.

En reparación por los pecados de impureza. Rp.

En reparación por los pecados de homicidio. Rp.

En reparación por los pecados de abuso y violencia. Rp.

En reparación por los pecados de soberbia y egoísmo. Rp.

En reparación por los pecados de nuestra vida pasada y por todos los pecados con los que hemos ofendido tu Amor. Rp.



Tercera Parte: Renuncia al demonio y sus obras



Ser de Cristo lleva consigo morir al pecado y vivir para Dios. En este día también queremos renunciar al demonio y a todas sus obras y seducciones, así como reafirmar nuestra Fe en Jesucristo.

● ¿Renuncian a Satanás, príncipe de las tinieblas, enemigo de Dios y de los hombres, padre de la mentira y autor de todo mal?

Si renunciamos.

● ¿Renuncian a todas sus obras? ¿A la impureza del alma y del cuerpo, a la lujuria, a la pornografía, a la infidelidad, a las relaciones sexuales fuera del matrimonio, a vestirnos sin pudor, a charlas y bailes impuros, a películas y programas que muestran escenas sexuales y deforman el amor?

● ¿Renuncian al aborto, a su encubrimiento, a la indiferencia frente al mismo?

● ¿Renuncian a la ideología de género, a las ideologías marxistas, liberales, construccionistas y a toda teoría o ideología contraria al orden natural y a las enseñanzas del Evangelio?

● ¿Renuncian a la avaricia, al dios dinero, a la comodidad y el egoísmo, a la indiferencia frente a los que necesitan, a ser deshonestos en el trabajo por conveniencias terrenas?

● ¿Renuncian al exceso de alcohol, a las droga, y a todo tipo de adicciones?

● ¿Renuncian a la soberbia, a creerme mejor que los demás, a juzgar y mirar desde lejos los pecados del otro, a ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el mío?

● ¿Renuncian a las leyes injustas y contrarias a Dios, a la indiferencia frente a los avances del mal en el ámbito político y legal, al pacifismo frente al mal?

● ¿Renuncian a la tibieza, a la indiferencia frente al pecado de mi hermano y de la sociedad, a callar por miedo o cobardía cuando la verdad o Cristo deben ser defendidos, a la comodidad terrena e individual cuando la sociedad y la Patria se están destruyendo?

● ¿Renuncian a toda obra proveniente del maligno?

Si renunciamos.

● ¿Renuncian a todas las seducciones del demonio? Al mundo, la vanagloria, la sensualidad, la vanidad, el afán de poder y tener, el miedo de ser rechazados o perjudicados por defender la Verdad y a Cristo, a la tibieza, la indiferencia, el conformismo?

Si renunciamos.





Cuarta parte: Credo. Profesión de la Fe



● ¿Creen en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible?

Si creemos.

● ¿Creen en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros lo hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin?

Si creemos.

● ¿Creen en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas?

Si creemos.

● ¿Creen en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica?

Si creemos.

● ¿Creen que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro?

Si creemos.



Letanías al Sagrado Corazón de Jesús



V: Señor, ten piedad de nosotros.

R: Señor, ten piedad de nosotros.

V: Cristo, ten piedad de nosotros.

R: Cristo, ten piedad de nosotros.

V: Señor, ten piedad de nosotros.

R: Señor, ten piedad de nosotros.

V: Cristo, óyenos.

R: Cristo, óyenos.

V: Cristo, escúchanos.

R: Cristo, escúchanos.

V: Dios, Padre celestial,

R: ten piedad de nosotros.

V: Dios Hijo, Redentor del mundo,

R: ten piedad de nosotros.

V: Dios Espíritu Santo,

R: ten piedad de nosotros.

V: Trinidad Santa, un solo Dios,

R: ten piedad de nosotros.

V: Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.

R: Ten piedad de nosotros.

V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el

seno de la Virgen María, R/.

Corazón de Jesús, unido substancialmente al

Verbo de Dios, R/.

Corazón de Jesús, de majestad infinita, R/.

Corazón de Jesús, templo santo de Dios, R/.

Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, R/.

Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, R/.

Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor, R/.

Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, R/.

Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, R/.

Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, R/.

Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.

Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, R/.

Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.

Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros

de la sabiduría y la ciencia, R/.

Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud

de la divinidad, R/.

Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus

complacencias, R/.

Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.

Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, R/.

Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, R/.

Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, R/.

Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, R/.

Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, R/.

Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.

Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, R/.

Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, R/.

Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, R/.

Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, R/.

Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, R/.

Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, R/.

Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren

y esperan, R/.

Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, R/.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,

R: perdónanos, Señor.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,

R: óyenos, Señor.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,

R: ten piedad y misericordia de nosotros.

V: Jesús, manso y humilde de corazón,

R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.

V: Sagrado Corazón de Jesús,

R: en Vos confío.

V: Sagrado Corazón de María,

R: salvad el alma mía.

V: Jesús y María os quiero con toda mi alma,

R: salvad almas y salvad el alma mía.



Quinta parte: Consagración de la Patria a Cristo Rey



“Señor Jesucristo, Rey del Universo: míranos humildemente postrados delante de tu Trono Real. Tuyos somos y tuyos queremos ser, y a fin de vivir más estrechamente unidos contigo, en estas horas trágicas para la Iglesia y para la patria, nos consagramos a Ti.

Reina, Señor, no solamente sobre los hijos fieles que jamás se apartaron de Ti, sino también sobre los pródigos que te han abandonado.

Reina con tu misericordia infinita sobre los pecadores arrepentidos. Reina con tu justicia implacable sobre los apóstatas, blasfemos y sacrílegos.

Reina en nuestras inteligencias por la fe verdadera; en nuestras voluntades por la esperanza invicta; en nuestros corazones por la caridad ardiente.

Reina en nuestras familias, hoy más que nunca atacadas. Reina en nuestra Patria, que hace tiempo te ha dado la espalda. Reina en la Iglesia, invadida por el “humo de Satanás”.

Tú no eres Rey porque nosotros te hayamos votado, sino que eres Rey por ser Dios y hombre perfecto, y por derecho de conquista. Nosotros te reconocemos como único Rey Universal; por eso, hoy te consagramos nuestras vidas.

Renunciamos al demonio y al pecado, y si tenemos la desgracia de ofenderte, recuérdanos tu amor misericordioso para que volvamos a Ti cuanto antes.

A despecho de tanto odio anti cristiano y de tanto pacifismo cobarde, nos comprometemos a vivir en plenitud nuestro catolicismo militante, luchando incansablemente por el triunfo de tu reinado social, para que sean cada vez más los que te conozcan, te amen y te sirvan.

A la espera de tu retorno glorioso al fin de los tiempos, te suplicamos, oh Divino Rey, te dignes aceptar esta consagración. Y por medio de María, Reina del Universo, imploramos tu gracia para no desertar jamás de tus filas, y así poder vivir, luchar y morir bajo tu Bandera. Amén.



PRECISIONES PRÁCTICAS

¿Cómo se ordena una procesión?

1° Incienso

2 ° Cruz

3° Estandarte

4° Cirio

5° Sacerdote

6° Pueblo fiel



¿En qué momento realizar la oración de Consagración?

Luego de la procesión se celebrará la Santa Misa. En la Acción de Gracias de la misma el sacerdote procederá a realizar la oración de Consagración, en lo posible frente a una imagen del Sagrado Corazón de Jesús o de Cristo Rey.


-A.M.D.G.-