sábado, 9 de julio de 2022

Oración a Jesucristo, Capitán

 
De San José Gabriel del Rosario Brochero

 


«¡Ay, no, Jesús mío, no! Ya estoy resuelto a librarme de la dura esclavitud del Demonio. “Vade retro Satana”.[1] Anatema contra ti, contra tus leyes y contra las promesas de riquezas, de placeres y honras con las que me habéis engañado, fingiendo en ellas el bien que no tienen, y ocultando el mal que acarrean. Sí, Jesús mío, no me atrevo a poner mis ojos en el estandarte de la cruz, porque en ella veo que nunca te he seguido, que nunca te he acompañado en las batallas, que toda mi vida (prescindiendo de los pocos días de inocencia) he militado bajo la bandera de Lucifer, que toda mi vida he ansiado los sueldos de Lucifer, porque eres humilde y yo soberbio y ambicioso. Tú obediente, yo indócil y caprichoso. Tú pobre, yo codicioso de riquezas. Tú te afanas por la salvación de las almas, y yo paso la vida en el ocio sin haber salvado una alma, antes sí perdido muchas con mis escándalos. Tú ayunaste en el desierto, y teniendo sed en la cruz bebiste hiel y vinagre, y yo estoy lleno de apetitos sensuales, y sólo busco el deleite y me entrego a la gula. Tú viviste en la oración, y yo en la disipación. Tú eres manso, y yo soy duro con los pobres, impaciente con los que están atribulados, y áspero con todos. Tú desprecias al mundo y condenas sus máximas, y yo estoy sometido a ellas y avasallado por las ideas del siglo. Tú fuiste ultrajado, escupido, abofeteado y llagado, y yo vivo en el regalo, lleno de comodidades y siempre ansioso de deleites. Tú fuiste acusado y no abristeis la boca para quejaros de tantas calumnias y falsos testimonios, tantas afrentas y tantos escarnios, y yo no puedo sufrir el menor agravio sin quejarme vivísimamente, y a veces sin vengarme o sin desear la venganza.

¡Oh, mi Capitán Jesús!

Bien veo ahora que no he militado

bajo el estandarte de tu cruz,

sino bajo el estandarte de Lucifer.

Bien merezco que tú también me vuelvas las espaldas,

y me arrojéis de vuestro servicio.

Pero ya que vuestra bondad quiere vencer mi ingratitud

y llamarme de nuevo como lo haces ahora,

aquí me tenéis pronto a ejecutar vuestras órdenes

y militar bajo tu cruz.

Etiamsi oportuerit me mori tecum, non te negabo”.[2]

Escojo antes padecer contigo que gozar con el mundo,

alistarme entre tus más valientes soldados

y armarme con el escudo poderoso de vuestra gracia,

para alcanzar victoria no sólo de mis enemigos,

sino de mí mismo, y reinar contigo en la gloria.»

 

 

Conferencia Episcopal Argentina. El Cura Brochero. Cartas y sermones. (1999). Pag. 75-76.



[1] “Apártate, Satanás” (Mt. 4, 10)

[2] “Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré” (Mt. 26, 35)

jueves, 7 de julio de 2022

Reportaje al Dr. Castaño sobre su libro: "Esquiú, ¿prócer liberal o teólogo de la Cristiandad?

 BREVE REPORTAJE SOBRE EL LIBRO



SERGIO RAÚL CASTAÑO, ESQUIÚ, ¿PRÓCER LIBERAL O TEÓLOGO DE LA CRISTIANDAD?

UNA EXPOSICIÓN DEL PENSAMIENTO TEOLÓGICO-POLÍTICO DE FRAY MAMERTO ESQUIÚ ELABORADA SOBRE LOS TEXTOS DEL  AUTOR, 

TUCUMÁN UNSTA, 2022

CON UN APÉNDICE DE TEXTOS IGNORADOS DE MAMERTO ESQUIÚ. PRÓLOGO DE RICARDO VON BÜREN


1.      ¿Cómo y cuándo surge la idea de este libro? 

 

Cuando se produjo la beatificación de Fray Mamerto, en septiembre del año pasado, el párroco de la iglesia de La Inmaculada, de Bariloche, Pbro. Jorge Pliauzer, me sugirió la idea de hacer una exposición sobre la figura de Esquiú. Acepté, aunque me significaba interrumpir en parte las líneas de investigación en curso, porque entendí que era algo positivo en términos de bien común. Se hizo la exposición, en el marco de las actividades de la Asociación Juvenil de Montaña, el 21 de octubre: “Beato Mamerto Esquiú. Su aporte a la Iglesia y a la Patria”. Ocurrió que, al investigar sobre su pensamiento, me encontré con que la bibliografía al uso no lo reflejaba cabalmente. Es más: me sorprendí de encontrar el perfil doctrinal de un hombre apegado a la Tradición católica; de un defensor del principio de Cristiandad (entendido como la obligación de la sociedad cristiana de vivir, política y jurídicamente, de acuerdo con la ley del Evangelio); en fin, de un contrarrevolucionario. Todo ello a pesar de la opción práctica que asumió en su famoso sermón del 9 de julio de 1853, llamando a acatar la constitución liberal recién promulgada. Constitución que negaba, precisamente, el principio de un derecho público cristiano. Bueno, el hecho de que el verdadero pensamiento de Esquiú hubiera sido, digamos, ignorado por casi todos los intérpretes, me llevó a proponer una segunda conferencia para abordar ese gran tema. Tomó el título del libro: “Esquiú, ¿prócer liberal o teólogo de la Cristiandad?”, y tuvo lugar el 31 de octubre, como actividad del Centro de Estudios Políticos de la UNSTA, que dirijo. A partir de allí comencé a pensar seriamente en poner por escrito los resultados de la investigación. Finalmente, lo que creí iba a ser un artículo terminó siendo este trabajo.

 

2.      ¿Qué mirada de Fray Mamerto Esquiú presenta el libro?

 

Es un estudio ni hagiográfico, ni apologético, sino centrado en su pensamiento teológico-político. A sus opciones prácticas de 1853-4 se las juzga críticamente, sin condescendencias espurias. Y, como decía antes -pero quiero recalcarlo-, la conclusión surge de la exégesis de los escritos mismos de Esquiú, no de lo escrito sobre él. El valor que pueda tener el libro radica allí: en haber investigado los propios textos de Fr. Mamerto, cosa que, en buena medida –y aunque parezca extraño-, prácticamente no se ha hecho o no se ha hecho debidamente. La conclusión es que Fray Mamerto Esquiú, a pesar de haber llamado a obedecer la constitución liberal de 1853, tenía un ideario apegado a la Tradición católica y a la necesidad de la plena confesionalidad del Estado -la cual venía a quedar derogada por la constitución. Aunque claro, entonces se presenta la duda: ¿por qué llamó a someterse al nuevo orden laicista, vinculado con la cosmovisión masónica? El estudio presenta una hipótesis: el regalismo borbónico instaurado en el s. XVIII en Indias había domesticado al clero, y lo había tornado dócil frente al poder secular. Esta impronta perduraba, lógicamente, al nacer Argentina a la vida independiente, y puede haber influido en la decisión práctica de Esquiú en 1853. De la cual –lo explicitamos en el estudio-, Mamerto se habría arrepentido en varias ocasiones.

 

3.      ¿De dónde surge la pregunta que le da título al libro?

 

Continuamos con lo dicho antes. Surgió del hecho de que, al socaire de su sermón del 9 de julio de 1853 (el “Sermón de la Constitución”), se ha tenido habitualmente a Esquiú, en mayor o menor medida, como una figura afín a la nueva Argentina liberal que se inauguraba en Caseros y Pavón –o incluso como parte de ese nuevo orden. Cuando en realidad su pensamiento era tradicional –y, por ende, contrarrevolucionario. Un pensamiento que se fue afirmando con los años, pero que ya revestía ese perfil en sus primeras intervenciones. De allí la alternativa retórica del título: Esquiú ¿es lo que oficialmente se dice, o constituye un primer antecedente del gran pensamiento católico argentino del s. XX?

 

4.      ¿Qué representa Fray Mamerto Esquiú en la sociedad?

 

Representa algo positivamente. Un hombre santo. Un hombre patriota. Y un católico cabal, imbuido de los grandes principios teológico-políticos de la tradición del occidente cristiano. Y se me permitirá decir que tal vez representa algo negativamente. En sus intervenciones de 1853 y 1854 es verosímil pensar que el lastre del regalismo impidió que las ideas tradicionales del orador sagrado se concretaran en una manifestación rotundamente crítica de una constitución que ostentaba un triple déficit de legitimidad –lo cual Esquiú advertía-. Sea por la razón que fuere, su opción práctica no correspondió a sus rectas convicciones. Y no por ello vino la paz a la Argentina –al contrario; y él mismo deploró más tarde su decisión. Me disculparán, pero estimo que esto representa un ejemplo de que la verdad debe ser sostenida, como decía san Pablo, opportune et inopportune

Muchas gracias