miércoles, 30 de diciembre de 2020

Sobre la inminente aprobación del aborto en Argentina

 


1.       ¿Por qué esta presión para aprobar el aborto? ¿Hay una agenda detrás de todo esto?

En el día de la fecha, 30 de diciembre de 2020, se ha aprobado, a la madrugada, el crimen del aborto en la Argentina. Un proyecto similar fue rechazado por la misma Cámara de Senadores el 8 de agosto de 2018.

Detrás de la elección de estos días, se ha notado la presión de grupos internacionales. Fundaciones como Rockefeller Foundation, Amnesty International, Planned Parenthood, Casa Fusa, Fundación Ford, etc. han puesto muchísimo dinero para que esto sea aprobado. Más aún, el FMI y el Banco Mundial lo han puesto como condición para renegociar la deuda externa internacional del país.

Sabido es que el Presidente Trump ha quitado la financiación del aborto fuera de Estados Unidos. Esto dio un giro a la política estadounidense internacional. Hasta entonces, Kissinger había escrito el llamado Memorandum 200, donde se logró imponer el aborto como política exterior. Lo mismo hay que decir del discurso de Robert McNamara, Director del Banco Mundial, el cual en 1968 insistía en que el rápido crecimiento demográfico es una gran barrera para el crecimiento económico y el bienestar social de Estados Unidos. A pesar de la falta de financiación de los citados fondos desde la Presidencia de Trump, sin embargo, dichas políticas siguen vigentes a través de los mencionados organismos.

 

2.       Si los senadores no dejaron pasar el aborto la otra vez, ¿por qué sí sucedió ahora? ¿Han cambiado de opinión?

En Argentina, el Congreso de la Nación se compone de dos Cámaras: la de Diputados y la de Senadores. El 10 de diciembre de 2019 asumió Alberto Fernández la Presidencia, y con él se renovó la mitad de la Cámara de Diputados y una tercera parte de la de Senadores.

Debido a la crisis sanitaria de este año, la economía argentina ha sufrido un gran impacto, quizá mayor que la de otros países, debido al estricto aislamiento que han impuesto. Para terminar el año con una victoria política, obedeciendo a las imposiciones internacionales, y siendo fiel a sus promesas de campaña, la Secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra, redactó la Ley que hoy recibió su aprobación definitiva. Alberto Fernández presionó personalmente a sus propios legisladores para que aprobaran esta Ley homicida, y extorsionó a otros, para que no votaran o se abstuvieran. Así lo expresó la Senadora Silvia Elías de Pérez. De hecho, para citar un ejemplo, la Senadora Silvina García Larraburu,  del partido oficialista, que en el año 2018 votó contra la legalización del aborto, este año lo hizo a favor.

Mauricio Macri, el anterior Presidente, del partido actualmente opositor, fue quien impulsó el aborto en el año 2018. Como se ve, los intereses de los dirigentes de los partidos políticos no representan a la mayoría del pueblo argentino, el cual no quiere el homicidio prenatal.

 

3.       ¿Hubo alguna violación de la Ley con este acto?

La Argentina ha suscrito a Tratados Internacionales, los cuales tienen rango superior a las Leyes Nacionales e inferior a la Constitución Nacional. Se incorporaron dos Tratados significativos.

Ante todo se añadió la Convención Americana sobre Derechos Humanos, más conocido como Tratado de San José de Costa Rica, elaborado en 1969. Quedó incorporado al ordenamiento jurídico del país con la Ley Nacional 23.054, en 1984; y luego pasó a integrar la Constitución Nacional desde su reforma, en 1994. En su artículo 4 § 1 dice: «Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente».

En segundo lugar fue incorporada la Convención sobre los Derechos del Niño, primero por la Ley Nacional 23.849, de 1990, y luego a la Constitución Nacional, en 1994. En la citada Ley, en su artículo 2, se dice: «Con relación al artículo 1 de la Convención Sobre Los Derechos Del Niño, la República Argentina declara que el mismo debe interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad». El mencionado artículo 1 sostiene: «Para los efectos de la presente Convención, se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad».

Por esta razón, los Legisladores opuestos al aborto han dicho que este tema no se quedará aquí: irán al Poder Judicial de la Nación para que se declare la inconstitucionalidad de la Ley aprobada durante la madrugada.

 

4.       ¿Qué podemos hacer las personas de buena voluntad frente a tal aprobación?

Ante todo, debemos formar las conciencias de las personas de buena voluntad, manifestando nuestro desacuerdo con la actual aprobación, sin claudicar, en el puesto donde estamos.

Es necesario que sepamos a qué enemigo nos enfrentamos: a los Organismos Internacionales, que tienen mucho poder y dinero; los cuales sobornan con presiones a los Legisladores sin principios.

El problema fundamental es que lo más esencial de la Patria (tal como es la defensa de la vida naciente y en su etapa terminal, el matrimonio entendido como la unión estable entre un hombre y una mujer, la promoción del bien común en todas sus formas, y la profesión pública de la Fe fundante de la Patria de parte de las autoridades), no puede quedar sujeto a las presiones e inmoralidad de la mayoría de sus miembros. Es necesario que las personas de bien lleguen a replantearse un cambio radical de sistema.

Por otra parte, Alberto Fernández cumplió estrictamente una promesa de campaña presidencial. ¿Quiénes lo votaron? ¿Quienes hoy se lamentan por la aprobación del aborto? Es evidente, para los que siguen sosteniendo la legitimidad de este sistema, que muchos no son coherentes a la hora de sufragar. Que votan más por tradición, sin saber a quién eligen. Esto debe acabarse en los países donde la mayoría sigue repudiando estas leyes homicidas.

Debemos, por último, librar todas y cada una de las batallas necesarias, para defender la vida humana, en todas sus etapas de la existencia. Nunca puede ser un derecho el asesinar a un inocente. Incluso entre las personas que dicen ser pro aborto, muchos no han visto el horror de lo que defienden. Aquí nuestra urgencia de acercarnos a ellos para iluminarlos.

viernes, 23 de octubre de 2020

Curso Bíblico

 

Por estas breves líneas, presentamos un curso bíblico, muy breve, dictado para un grupo de fieles, durante el año 2019.

La Revelación es cuando Dios “quita el velo”, dándose a conocer a sus criaturas. Dicha Revelación puede ser natural (como el conocimiento que podemos tener de Dios desde lo creado) o sobrenatural, cuando Él mismo nos habla, por encima del orden de lo creado.

Como sabemos, la Escritura y la Tradición pertenecen a las Fuentes constitutivas de la Revelación sobrenatural. La primera contiene la Palabra escrita de Dios, y la segunda la oral. El Magisterio es la tercera fuente, que se limita a declarar las verdades que están presentes en las otras dos Fuentes.

La idea de este curso fue la de dar argumentos católicos, frente al vaciamiento generalizado de la Escritura. Esto ha sucedido, en nuestra historia reciente, por medio del modernismo, el cual ha negado la inerrancia o verdad bíblica, su historicidad, e incluso ha llegado a impugnar su Divina Inspiración.

Ya San Pío X, en su Encíclica Pascendi, al condenar los errores modernistas, nos advertía acerca del peligro de reducir todo lo narrado en la Escritura en los personajes bíblicos a simples experiencias religiosas, tanto de los autores como de las comunidades que fueron sus primeros destinatarios. Nadie podría conocer, si así fuera, a Cristo y a sus misterios por sí mismo, ni tampoco a los demás personajes bíblicos; dado que estarían presentados por la experiencia que de Él tuvieron los primeros creyentes. Este agnosticismo lleva a un puro subjetivismo, reduciendo a pura sensibilidad lo que en verdad debe ser, ante todo, una adhesión intelectual, tal como es la Fe, pues creer, en palabras de San Agustín, «est cum assensione cogitare»[1]. Sería divina la Palabra de Dios, pero solo por inmanencia. Su inspiración sería semejante a la de cualquier otro libro religioso, o incluso a la de cualquier poeta.

Evidentemente, al minar las Fuentes de la Revelación, todos los contenidos de la Fe e incluso la adhesión del cristiano a Dios, se ven gravemente trastocadas. Por eso San Pío X, con tanta razón, condenó este error tan peligroso con tanta vehemencia.

Estos enemigos de la Fe, de modo taimado, siguieron realizando sus falsas interpretaciones. Llegaron incluso a manipular la Encíclica Divino Afflante Spiritu, del Papa Pío XII, haciéndola oponer a la Encíclica Providentissimus Deus, del Papa León XIII. Utilizaron, para ello, que el mismo Pontífice hablaba sobre la importancia de ponderar, para la justa interpretación de la Escritura, los géneros literarios. Esto les dio pie para salir a la luz nuevamente, negando verdades de Fe, tal como, por ejemplo, la existencia y las consecuencias del pecado original.

Pío XII percibió la manipulación que sufría su propia Encíclica. Por ello volvió a condenar los errores modernistas (también los referidos a la Escritura) con su Encíclica Humani Generis.

Dichos herejes, con ocasión del Concilio Vaticano II se manifestaron ya abiertamente, con mayor virulencia que bajo el Papado de Pío XII, de tal modo que hoy es difícil encontrar, entre los libros de exégesis, la auténtica y genuina hermenéutica tradicional.

Por esto, para combatir este vaciamiento de la Escritura, para que no se la interprete de modo puramente subjetivo, y para que nuevamente quede de manifiesto que la Palabra escrita de Dios es ante todo el tesoro confiado por Cristo a la Iglesia Católica, ponemos a disposición de todos estas cuatro conferencias, para que resplandezca la luz de la verdad sobre las tinieblas de las herejías. Porque, en definitiva, como decía San Jerónimo, «ignoratio Scripturarum ignoratio Christi est»[2].

 

Primera Parte: Introducción General

Segunda Parte: Canonicidad, Inspiración e Inerrancia Bíblicas

Tercera Parte: Inerrancia y Sentidos Bíblicos

Cuarta Parte: Géneros Literarios



[1] «Creer es pensar con asentimiento». (San Agustín, De praedest. Sanct. c. 2; citado por Santo Tomás, por ejemplo en II – II, 2, 1).

[2] «Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo» (S. Jerónimo, In Proem. Is, n. 1)

viernes, 4 de septiembre de 2020