lunes, 11 de marzo de 2024

Despedida al P. Meinvielle, por el Dr. Carmelo Palumbo



 PALABRAS PRONUNCIADAS 

POR EL DR. CARMELO E. PALUMBO

 

A continuación transcribimos las palabras pronunciadas al despedir a nuestro querido “Padre Julio” del Ateneo:

 

En nombre de la Comisión Directiva del ATENEO POPULAR DE VERSAILLES despido a su fundador y presidente hasta el día de su deceso: al inolvidable Padre JULIO.

La separación fue inesperada y sorpresiva, pero su vida fue muy fecunda y nos ha dejado lecciones ejemplares. Una de ellas fue el fiel cumplimiento de su vocación sacerdotal. Desde esa perspectiva encaró todas sus obras. Él era hombre de Cristo y su misión en la tierra era llevar todas las cosas a Cristo. Quedarían sin explicación lógica muchos actos de su vida, si no lo ubicamos compenetrado de esa misión. ¿Cómo explicar lo variado de su actividad? ¿Cómo conciliar sus profundas meditaciones filosóficas y teológicas con las preocupaciones que asumía al dirigir y presidir una entidad deportivo-cultural como el ATENEO? Es que todo en él era filosofía y teología. Toda su actividad tenía sentido por la unidad superior que le confería su misión apostólica. Con ese espíritu concibió y dio a luz el Ateneo Popular de Versailles y lo dejó plasmado en el art. 4º de los estatutos sociales: “El Ateneo Popular de Versailles, que surgió por iniciativa de la Parroquia de Nuestra Señora de la Salud, llenará su finalidad dentro de los altos ideales de la Iglesia Católica…” En esta institución tiene cabida todos los jóvenes, niños y mayores, sin distinción de rangos o creencia, pero “se exigirá como dice el art. 4º citado, dentro del local social y de sus actividades, que las mismas respeten esos ideales.”

Con su corazón de apóstol recogió el lamento de las familias pobres y humildes de la zona y brindó a sus hijos un lugar sano de esparcimiento y de educación cristiana. El Padre amó a los pobres, pero no a pobres “imaginarios” que conducen a soluciones imaginarias y utópicas, sino a los pobres “reales” y les dio una solución real: EL ATENEO POPULAR DE VERSAILLES.

En los últimos tiempos nos dio una orientación profunda y segura para mantener sólidamente la institución. Hoy sacude al mundo y la Iglesia, como él lo había denunciado repetidas veces, una fuerza diabólica que busca vaciar al hombre de todos los valores superiores del espíritu; vaciar las instituciones de autoridad; a los pueblos de sus más legítimas tradiciones; vaciar el contenido doctrinario de la enseñanza; minimizar la autoridad paterna en la familia; despojar a la Iglesia de sus ritos; ocultar la doctrina de los misterios sobrenaturales de la fe… Frente a esta tendencia demoledora de la civilización propició la reforma de los estatutos sociales, aprobándose en la última Asamblea Extraordinaria el art. 9º que reza así: “Los socios y socias activas (electores y elegibles a cargos directivos) deben ser mayores de edad, profesar la Religión Católica, Apostólica y Romana… la profesión pública de doctrina, culto o actos contrarios a la Doctrina Católica, Apostólica y Romana, hará pasible al socio o socia activa de la pena máxima de expulsión.”

Así Señores, sin paliativos ni timidez. Este Club es y deberá ser dirigido por personas católicas; está abierto a todos los hombres de buena voluntad, de cualquier credo o raza, pero su conducción queda reservada a los fieles de la Iglesia Católica que conforman su obrar a la doctrina de la misma.

Colegas directivos del ATENEO POPULAR DE VERSAILLES:

Ante los despojos mortales del Padre Julio reafirmemos el espíritu cristiano que él infundió en la Institución, que es el factor decisivo para salvar al Club de todas las crisis que puedan sobrevenirle, como ha sucedido a lo largo de sus 35 años de existencia. No permitamos el vaciamiento de ese espíritu.

Os exhorto a hacer, ante este féretro, una firme promesa de no ceder un ápice en la concepción católica del Club. Es el mejor testimonio de gratitud que podemos ofrendar al Padre Julio y es la única manera para mantener incólume esta Institución tan benéfica para nuestros hijos y nuestras familias.

Padre Julio: ¡Que Dios te corone con los laureles del victorioso luchador! ¡Que el Verbo Eterno, Sabiduría Infinita que polarizó tu vida terrena, sea tu gozo y descanso eterno!

¡Ruega a Dios por tu obra y para que nuestro espíritu no desfallezca! ¡Descansa en paz!

 

 

 

Ateneista: En homenaje a nuestro Fundador Pbro. Dr. Julio Meinvielle, 1973, 3-4.

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