Publicamos en nuestro pequeño blog el prólogo que el P. Julio Meinvielle escribiera en la traducción de este pequeño libro, que el querido amigo Fernando Estrada tradujera.
Al leer estas páginas es imposible no pensar automáticamente en la gran manipulación que se hizo en el 2020 y en el 2021 en todo el orbe con el llamado "coronavirus" y la supuesta vacunación masiva a la cual sometieron compulsivamente a toda la población. Para que se vea que esto es más actual que nunca.
La foto de la portada ha sido generosamente concedida por los amigos de la Junta de Estudios Históricos del Barrio de Versailles. Vaya también para ellos nuestro agradecimiento.
KENNETH GOFF
PSICOPOLÍTICA
TÉCNICA DEL LAVADO DE CEREBRO
PRÓLOGO
La Psicopolítica, ciencia y arte fundamental del comunismo
El comunismo intenta la creación de un
hombre “nuevo”, totalmente nuevo, y diferente de aquel que ha conocido la
tradición humana y cristiana de los pueblos. En esa tradición, como he tenido
la ocasión de exponerlo en recientes obras, el hombre trabaja para disponer de
riquezas que le aseguren el vivir; vive para conseguir un alto enriquecimiento
cultural de la vida del pensamiento; piensa, en fin, para acercarse a Dios que
es su Principio y Fin. El hombre en definitiva está hecho para contemplar a
Dios. Podrá, es cierto, ocuparse de otras muchas actividades, pero sólo en la
medida en que le dispongan y preparen para esta su tarea esencial, que es lo
único para lo que ha sido creado. El comunismo, en cambio, al suprimir a Dios
del horizonte del hombre, sostiene que éste no es sino una herramienta de
trabajo, útil en la gran fábrica en que se transforma toda ciudad de hombres.
Esta transformación plenaria del concepto del hombre ha de implicar una nueva
concepción del universo en el cual todo ha de reducirse a un proceso dialéctico
en el sentido hegeliano-marxista. O sea, a un proceso de los seres, del mismo
hombre, de los pueblos y de la historia en una lucha incesante, interminable
del ser y del no ser, de la mentira, del odio y del crimen. Todo ha de convertirse
en Guerra Revolucionaria contra el hombre. Guerra Revolucionaria por la
conquista del poder en un pueblo y luego, ya en el poder, Guerra Revolucionaria
para convertir al hombre en un mero esclavo de la nueva sociedad
revolucionaria. Pero para que la Guerra Revolucionaria sea realmente eficaz no
debe actuar desde fuera del hombre sino en el hombre mismo y en su totalidad,
alcanzando no sólo al cuerpo, sino también al alma. De aquí que el comunismo
preste cada vez mayor atención a la ciencia de la Psicopolítica o ciencia del
lavado del cerebro. Cuando se habla de lavado del cerebro, la gente tiende a
pensar que éste no se practica sino a escala individual. Por ello preferimos el
nombre de Psicopolítica que hace referencia explícita a lo político o colectivo,
dimensión en la que de preferencia práctica el comunismo el lavado de cerebro.
Es ésta, con toda verdad, la ciencia de la domesticación de los pueblos. Una
nueva especie de ciencia arquitectónica que, echando mano de todas las
conclusiones de las otras ciencias humanas, en especial de la Psicología y
Sociología, trabaja en la elaboración de un nuevo tipo de hombre domesticado.
Algo ya ha trascendido a gran público del poderío de esta ciencia con “1984” de
Orwell y con “Una nueva visita al hombre feliz”, de Aldous Huxley. Pero como
éstos son libros de ficción, el lector puede estar inducido a pensar que, por
ahora la práctica de esta formidable ciencia, quedaba limitada al campo de la
fantasía. Por esto, se ha hecho urgente y necesario hacer conocer a los
lectores de la Argentina el texto comunista de Psicopolítica, tal como ha
llegado al mundo occidental. El primer material sobre Psicopolítica fue hecho
conocer en los Estados Unidos, en el año 1955 por Charles Stickley y luego en
1956 por Kenneth Goff, quienes hicieron conocer en realidad el mismo texto
usado por el poderoso policía de la Unión Soviética Laurenti Beria. La edición
que presentamos hoy es el texto de Stickley que concuerda sustancialmente con
el de Goff. El lector ha de advertir prontamente que el grandioso progreso
operado por las ciencias fisio-psicológicas y psiquiátricas de los últimos
cincuenta años ha sido puesta al servicio de esta praxis de transformación de
la psiquis humana. Una praxis podríamos decir diabólica de transformación del
hombre. Para ello se utilizan no sólo las teorías del psicoanálisis de la
escuela freudiana sobre el almacenamiento en el fondo de la conciencia de todo
lo que el hombre, aun sin percatarse de ello, recibe a través de los sentidos,
sino también las teorías de los reflejos condicionados elaborada en las
célebres experiencias de los perros de Pavlov.
Por la práctica de la Psicopolítica
pueblos enteros se convierten en laboratorios donde individuos o grupos más o
menos grandes de individuos son sometidos con diferentes técnicas a un
tratamiento de domesticación, como si fueran vulgares bestias, de las que no se
trata sino de lograr el mayor rendimiento con el menor esfuerzo. De esta
suerte, ciencias nobilísimas como la política y la economía que hasta aquí eran
consideradas como ciencias de valor humano, se convierten en técnicas de
domesticación colectiva que no rebasan la esfera de fisiología animal. El
hombre no es sino un ser, movido por fieros instintos, cuya manipulación
puramente fisiológica ha de resolver en manos de expertos psicopolíticos, los
grandes problemas de la conducción de los pueblos. El lector argentino podrá
apreciar el valor y la importancia de las páginas que publicamos si tiene en
cuenta que en este preciso momento nuestra querida Patria está sometida por
Fuerzas ocultas internacionales a la Guerra Revolucionaria comunista. En
consecuencia, también en nuestra Patria ha de estar operando febrilmente un
grupo de hombres que, dotados de poderosos recursos internacionales, y con todo
el atuendo de las Ciencias Psicológicas y Sociológicas novísimas, se proponen
la tarea criminal y diabólica de aplicar en nuestros niños, adolescentes,
jóvenes y aun en ciertos hombres maduros, colocados en puestos claves de la
vida nacional esta ciencia de la domesticación del hombre. Ya llegará el
momento de revelar algo en esta materia. Baste por hoy saber que uno de los
centros más activos de los visibles lo constituye actualmente el grupo,
vastamente ramificado, que se reúne alrededor de los judíos comunistas, el
psicólogo Jaime Berstein y el sociólogo Gino Germani de la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. El autorizado texto de
Psicopolítica que por vez primera se publica entre nosotros ha de contribuir a
crear conciencia de la terrible peligrosidad del comunismo.
Pbro. Dr. Julio Meinvielle, Buenos Aires, fiesta de Reyes de 1963
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